Entrevista a Juan Cruz - Periodista y escritor (6-5-13)



[Esta entrevista se publicó en el Diario de Avisos de Tenerife el día 12/6/13. Con motivo de la próxima entrega del Premio al Mérito Cultural 2015, que concede el Círculo Cultural de Telde, volvemos a publicarla en este blog.]


A lo largo de la entrevista a Juan Cruz hay una pregunta que se impone con la fuerza de lo ineludible. Instantes antes habíamos hablado con calma y sosiego, como le gusta hablar a Juan Cruz, de su libro anterior Egos revueltos, de su nuevo libro Especies en extinción, y del libro que presentaba esa misma tarde en Las Palmas, Viaje a las islas Canarias.

Juan Cruz estaba sentado en una terraza frente a la playa de Las Canteras, dejándose acariciar por un sol vespertino que calienta la piel sin hacer daño, vestido con un polo de manga corta y gafas oscuras. De repente, mientras mira ensimismado a un horizonte bañado con la penúltima luz del día, justo donde las olas chocaban serenamente contra la barrera natural de Las Canteras, interrumpe la respuesta a una de las preguntas de esta entrevista y exclama: "Esto es una maravilla", mientras mira el espectáculo del mar en reposo que se extiende ante él.

Observándolo disfrutar de esta sinfonía de colores frente a la playa de Las Canteras, diríase que Juan Cruz echa de menos el mar cuando se encuentra lejos de él. Un mar del que afirma en Viaje a las islas Canarias, a propósito del carácter de los isleños, que "es nuestro punto común, nos encierra y nos define, nos alarma y nos alerta. Nos hace".
Todo el mundo sabe que a Juan Cruz la contemplación del mar le inspira para escribir.

Así que no puedo evitar preguntarle cómo logra conseguir ese "karma" para escribir cuando se encuentra lejos del mar, por ejemplo, en Madrid, y su respuesta no puede ser más contundente ni más elegíaca: "El mar va dentro de uno".

Y con el mar dentro de uno seguimos hablando no sólo de sus últimas publicaciones, sino también del panorama editorial, de la crisis actual de periodismo, de otros escritores a los que ha conocido. Y, por supuesto, de libros. Juan Cruz siempre habla de libros.



-Sus dos últimos libros, Egos revueltos y Especies en extinción, recopilan sus vivencias con otros escritores, periodistas y editores. ¿Qué le aporta este tipo de escritura que no le proporciona el periodismo o la escritura de novelas?
-En el periodismo tienes que contar lo que ves por fuera y un poco de lo que ves por dentro. Pero la memoria es literatura en fermentación, como decía Lobo Antúnez. En estos libros trato de identificarme con lo que recuerdo, que no siempre es la estricta realidad.

-Como en su momento fue Egos revueltos, ¿pretende ser Especies en extinción un ajuste de cuentas contra el olvido?
-Pretende ser un ajuste de cuentas conmigo mismo. He tratado de saber quién soy y cómo soy tratando a otros. Ese trabajo me ha llevado dos tomos. Pero de esta forma he escrito también Ojalá octubre, Edad de la memoria e incluso Crónica de la nada hecha pedazos, que fue mi primer libro. Creo que siempre he tenido un estilo similar. Crónica de la nada hecha pedazos tenía un estilo sincopado y rupturista. Ahora soy sintácticamente más ortodoxo, pero siempre he tenido la misma obsesión: tratar de describir la luz de una vela en la oscuridad, como decía Lewis Carroll.

-¿Qué diría usted que añade este libro al anterior?
-En Especies en extinción estoy contando una experiencia en primera persona. Esto tiene el valor del testimonio de una persona que se detiene a preguntar qué es lo que recuerda. Yo he conocido a muchos escritores a lo largo de mi vida, pero los que están en este libro son aquellos con los que yo he trabajado directamente: Vargas Llosa, Saramago, Carlos Fuentes, etc.


"Siempre he sentido como si estuviese sentado sobre arenas movedizas"


-En Egos revueltos, usted escribió "tú no escribes para quedar intacto, escribes para herirte". ¿Por qué la escritura produce heridas en la persona que la practica?
-En mi caso, porque forma parte de mi personalidad. Yo siempre he sido una persona con mucho miedo. Y cuando escribo sobre lo que me ha ocurrido reproduzco el miedo. Es una sensación que nunca me abandona, que me produce inquietud y, por tanto, muchas heridas. Siempre he sentido como si estuviese sentado sobre arenas movedizas, como si se fuera a hundir el mundo bajo mis pies.

-¿A qué tiene miedo Juan Cruz?
-A desaparecer, a que desaparezcan los otros, a que se produzcan cataclismos, a no ser justo con los demás, a olvidarme de cosas fundamentales. Yo escribo para detener el tiempo. Decía Savater que Crónica de la nada hecha pedazos era como un diario encontrado en un campo de concentración. Yo creo que sigo en ese campo de concentración.


¿Qué quiso decir al afirmar que "el editor tiene su ego, diluido en el ego de sus escritores"?
-El mundo editorial consiste en transmitir alegría por la satisfacción de otros. El médico consigue la salud de otros y el editor consigue la felicidad de otros.

-En un artículo suyo titulado "Saber narrar en periodismo" ha afirmado que "el periodismo es más manipulable que nunca". ¿A qué se refería?
-Al periodista ya no le exigen tantas verificaciones como antaño y cree que no es imprescindible contrastar las informaciones. El periodismo se ejerce en la actualidad sin tantos controles profesionales.
»Ahora le puedes dar a una tecla en un blog o en Facebook y puedes decir lo que quieras. Eso se ha traducido en que el periodista cree que puede decir lo que le da la gana, y no lo que sabe a ciencia cierta. Estamos en el reino del rumor, del grito y del sobreentendido. Y eso es una grave amenaza para el periodismo.

-También escribió que tenía "la convicción de que el oficio regresaría a lo básico". Pero, ¿qué es lo básico en el periodismo?
-Según Scalfari, el periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente. Para cumplir ese oficio, primero tiene que preguntar a la gente y tiene que contrastar la información hasta llegar a la clave de lo que ocurrió.

-Como profesional del medio, ¿cómo cree que debe reinventarse el periodismo para salir de la crisis?
-Tenemos la tendencia a creer que todas las etapas son distintas y nuevas. Estos problemas que tiene ahora el periodismo ya los tuvo, por ejemplo, cuando nació la radio. Ahora el problema es solamente económico, porque el soporte no es un problema. Si desaparece el periódico de papel, que yo no lo creo en absoluto, seguirá existiendo el periódico digital. Por tanto, la figura del periodista y el periodismo seguirán existiendo. Igual que los libros.
»Por eso, al final de Especies en extinción, parafraseando a Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, afirmo que los dos oficios que yo he desarrollado a lo largo de mi vida, el periodismo y la edición, tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra.


"Cuando escribo sobre lo que me ha ocurrido reproduzco el miedo"


-En su blog "Mira que te lo tengo dicho" (edición digital de El País) son frecuentes los artículos contra aquellos que insultan escondidos tras el anonimato de la red. ¿Cree que esta actitud acabará devaluando el papel de internet en la difusión de la información?
-Es algo que ya está ocurriendo. Esos blogs de los que hablábamos antes, que afirman cosas sin contrastarlas con la realidad, están provocando un daño enorme al periodismo.

-¿Qué le aporta el blog a su experiencia como escritor?
-Prontitud: la posibilidad de decir rápidamente algo que acabo de ver. Pero últimamente he atenuado mi participación en el blog porque es un esfuerzo que muchas veces no te renta espiritualmente. Ahora sólo hago uno o dos post a la semana. Creo que los blogs deben especializarse porque hay un exceso de opinión en la red, y no quiero contribuir a alimentar ese exceso. Prefiero usarlo para comentar un libro que acabo de leer o una obra de teatro que acabo de ver.

-¿Cree que internet influye de forma positiva o negativa en los hábitos de lectura? ¿Leemos más o leemos peor que antes?
-Es evidente que se lee menos. Internet es una gran herramienta de comunicación, pero también es un peligro porque te resume las cosas. Ahora los estudiantes van a Google para aprender. Creo que el manejo de las fuentes debería regresar a la disciplina escolar.

-Hace poco se publicó en el suplemento cultural Babelia (El País) un monográfico sobre la autoedición. ¿No cree que la autoedición puede restar importancia al trabajo tradicional de los editores?
-Sin duda. La figura del editor sigue siendo fundamental porque el escritor necesita un guía. La autoedición es un peligro porque pone en manos del lector libros que no han sido homologados por un sello.


"La fama literaria es un viaje hacia la nada"


-Con la crisis actual, ¿no parece una paradoja que en la actualidad se editen más libros que nunca?
-Bueno, a nadie se le ocurre preguntar lo mismo, por ejemplo, sobre la cerveza. Los libros son como semillas que tienen que florecer. Imagina libros importantes para la humanidad que nunca se hubiesen editado. ¿Por qué hay que hacer esa selección natural? Todo el mundo tiene derecho a publicar sus libros.
»Me sorprende que los libreros se quejen de la cantidad de libros publicados. Lo que el librero debe hacer es seleccionar qué libros quiere en su librería y qué libros no. En todo caso, la selección ya la hacen los editores, los libreros y, en última instancia, los lectores. Por eso estoy en contra de poner límites a la edición.


-En su trabajo como editor, ¿qué escritor más le ha marcado o le ha llamado la atención en el trato?
-Saramago. Porque era un autodidacta, porque convirtió la literatura en un arma política sin abandonar la ficción, porque convirtió sus libros en una especie de testimonio del absurdo de este tiempo. Saramago es el autor más misterioso que yo he publicado.

-¿Recuerda alguna anécdota con especial cariño?
-Cuando descubrí "La lengua de las mariposas", de Manuel Rivas, llamé a Fernando Fernán Gómez y le dije que, de una versión cinematográfica de este relato, él podría ser el director, el maestro e incluso el niño. Al final fue el maestro.

-¿Comparte ese diagnóstico tan pesimista defendido por algunos escritores que sugiere la muerte de la novela?
-Eso es una enorme tontería. Siempre que alguien dice que la novela se muere, luego publica una. Eso se ha dicho tantas veces y tantas veces ha sido mentira, que el simple enunciado de la profecía mueve al sarcasmo.

-Ha afirmado que le gusta escribir frente al mar siempre que le es posible. ¿Qué le transmite el mar a la hora de enfrentarse al papel en blanco?
-Sosiego y memoria. La monotonía del mar te trae cosas con las que tú habías convivido y acaso habías olvidado. El libro Viaje a las islas Canarias que acabo de publicar está escrito mirando al mar.

-Usted ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional fuera de Canarias. ¿Por qué el mercado peninsular sigue siendo un destino tan lejano para los escritores canarios?
-Yo siempre he estado en contra de ese prejuicio. La Península está tan lejos para los escritores canarios como Canarias lo está para los escritores peninsulares. Lo que hay que hacer es acercarse al público cercano con independencia de dónde se encuentre. La fama literaria es un viaje hacia la nada. Hay que bajar a los escritores del pedestal.

-Después de tantos años de dedicación al mundo de la comunicación, ¿qué se lleva en la maleta de los recuerdos?
-Los libros que he escrito, los que espero escribir, la risa y las palabras de mi madre, algunas visiones de la infancia. La memoria.

Comentarios

  1. Deliciosa entrevista. Además despierta el interés por unas cuantas obras y personas que habrá que investigar. Gracias Juan, gracias Rubén, gracias Diario de Avisos. ¡Ojalá hubiera salido también en algún periódico de Las Palmas! Estuve buscando el miércoles el Diario de Avisos en Las Palmas y me dijeron que no lo distribuyen por aquí.

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  2. Lo ratifico: eres un excelente entrevistador. Esta entrevista tiene mucha sustancia. Felicidades, compañero!! Comparto, sin tu permiso. Un abrazo

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