Después de los nervios previos, de las inseguridades habituales, de las imprecisiones inoportunas, como que se reseque la garganta o se mezclen aparatosamente las palabras en la boca antes de pronunciarlas, toca recordar con cariño y agradecer.
Ante tantas muestras de afecto y de consideración hacia la literatura, uno no puede dejar de estar agradecido con todos los amigos y seguidores que el viernes pasado se acercaron a la Casa-Museo Domingo Rivero para compartir la presentación de "Ninguna tregua al olvido" con nosotros.
En especial, me gustaría agradecer a Emilio González Déniz el gesto de acompañarme en la mesa de presentación y las palabras que le dedicó al libro. No se me escapa que es una auténtica suerte rodearse de gente tan espléndida y generosa.
Y ahí queda esta imagen de Teresa Iturriaga para el recuerdo. Para no concederle ninguna tregua al olvido.
Gracias a todos.
Los que deseen leer la intervención de Emilio González Déniz en el acto de presentación, pueden pinchar el siguiente enlace:
"Las matrioskas de Rubén Benítez Florido".
Ante tantas muestras de afecto y de consideración hacia la literatura, uno no puede dejar de estar agradecido con todos los amigos y seguidores que el viernes pasado se acercaron a la Casa-Museo Domingo Rivero para compartir la presentación de "Ninguna tregua al olvido" con nosotros.
En especial, me gustaría agradecer a Emilio González Déniz el gesto de acompañarme en la mesa de presentación y las palabras que le dedicó al libro. No se me escapa que es una auténtica suerte rodearse de gente tan espléndida y generosa.
Y ahí queda esta imagen de Teresa Iturriaga para el recuerdo. Para no concederle ninguna tregua al olvido.
Gracias a todos.
Los que deseen leer la intervención de Emilio González Déniz en el acto de presentación, pueden pinchar el siguiente enlace:
"Las matrioskas de Rubén Benítez Florido".
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