Esta semana presentamos en Viaje a Ítaca una reseña sobre la novela de Gabriel García Márquez "El otoño del patriarca".
"Leer por primera vez una novela como El otoño del patriarca podría considerarse lo más parecido a un rapto inesperado o un extravío improbable por caminos ignotos. Leerla por segunda vez se acerca bastante al acto de sumergirse en una especie de flujo fascinante y avasallador que no le concede ninguna tregua al lector.
Porque la obra consigue seducir desde sus primeras líneas, con ese comienzo tan enigmático y al mismo tiempo tan hipnótico, con esa sorprendente capacidad de Gabriel García Márquez para provocar la curiosidad del lector con unas pocas imágenes y palabras que ocultan mucho más de lo que muestran, «(…) y en la madrugada del lunes la ciudad despertó de su letargo de siglos con una tibia y tierna brisa de muerto grande y de podrida grandeza». A partir de ahí, acontece el milagro".
Para seguir leyendo la reseña, pinchar aquí.
"Leer por primera vez una novela como El otoño del patriarca podría considerarse lo más parecido a un rapto inesperado o un extravío improbable por caminos ignotos. Leerla por segunda vez se acerca bastante al acto de sumergirse en una especie de flujo fascinante y avasallador que no le concede ninguna tregua al lector.
Porque la obra consigue seducir desde sus primeras líneas, con ese comienzo tan enigmático y al mismo tiempo tan hipnótico, con esa sorprendente capacidad de Gabriel García Márquez para provocar la curiosidad del lector con unas pocas imágenes y palabras que ocultan mucho más de lo que muestran, «(…) y en la madrugada del lunes la ciudad despertó de su letargo de siglos con una tibia y tierna brisa de muerto grande y de podrida grandeza». A partir de ahí, acontece el milagro".
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