Publicar en tiempos revueltos


«Hace tiempo leí una entrevista a un escritor donde decía que las mejores épocas de su vida literaria transcurrían entre el momento en que entregaba un manuscrito a la editorial y el día de la publicación del libro. No es mi caso. Yo llevo ya unos meses en esa situación y no creo que ha sido en absoluto beneficiosa para mi estado de ánimo.»
Iñaki Uriarte, Diarios 2008-2010


Cuando uno se encuentra charlando en confianza con los amigos suele decir, medio en serio, medio en broma, que si fuese editor nunca hubiese publicado uno de sus libros: el género en el que uno se prodiga no es mayoritario, ni siquiera popular; las ventas de ejemplares son escasas, por no decir paupérrimas; y los esfuerzos de promoción son titánicos y agotadores, no siempre eficaces.

A estas alturas de la función, después de una pequeña trayectoria literaria que uno ha ido atesorando como si fuese oro en paño, habría que ser muy romántico o muy ingenuo para no pensar en el hecho de que el editor es, en esencia, un empresario como el resto de comerciantes que pretenden obtener la máxima rentabilidad con la mercancía que ponen en circulación, a menudo con más pena que gloria.

Uno podría adoptar una postura un tanto utópica dados los tiempos que corren y disertar sobre el valor de la cultura en todas sus vertientes; sobre la necesidad de promocionar otros géneros menores más allá de la omnipresente novela; o sobre la importancia de no ceder ante las presiones del mercado, que solo entiende de listas de ventas y de beneficios netos.

Pero con la que está cayendo en la actualidad, es sabido por todos que en el mismo momento de pronunciarlas, estas palabras quedarían obsoletas y anacrónicas como si fuesen monedas gastadas, en el mejor de los casos, o como una prédica en el desierto, en el peor de ellos.

Por eso resulta inevitable considerar la próxima publicación de un libro como Solo lo escrito perdura (Pequeños ensayos de filosofía mundana), Editorial Mercurio, cuyo autor es quien suscribe estas letras, casi como un acto de rebeldía y desobediencia, cuando no como un suceso decididamente temerario.

Por suerte o por desgracia, uno sigue haciendo lo que hace -cultivar géneros supuestamente “menores”, publicar en formato de papel en pleno auge de la era digital, preparar presentaciones de libros para compartir opiniones con los lectores- por convicciones propias que a uno le gustaría considerar insobornables, más que por vanidad personal o por necesidad de reconocimiento, y mucho menos por beneficio económico.

Así que, salvo circunstancia inesperada de última hora, parece que Solo lo escrito perdura llegará pronto a las librerías contra todo pronóstico, y que todos los implicados en este acontecimiento -editor, autor y lectores- podremos celebrar en una próxima presentación del libro la temeridad de nadar a contracorriente, por pura necesidad vital o por el mero placer de hacerlo.


Para más información sobre la presentación del libro, consultar este mismo blog o el siguiente enlace de Facebook:
https://es-la.facebook.com/ruben.benitezflorido

Comentarios

  1. Es una lástima que el género ensayístico en sus distintas temáticas se encuentre actualmente tan denostado y sea tan poco cultivado y leído. A mí, ya desde hace varios años, es el que más me interesa, muy por encima de los otros géneros literarios.

    Y lástima también que uno de los mejores escritores que he leído (mi punto de vista como filólogo, no como amigo) no encuentre un público más nutrido. No niego las bondades del disfrute de la lectura como evasión o diversión, pero, como ya he dicho, prefiero el de la lectura que me hace pensar profundamente.

    Un abrazo y mucha suerte con la nueva "criaturita".

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    1. Es una pena que se suela identificar "literatura" únicamente con la novela y los otros géneros literarios queden siempre solapados, en el mejor de los casos, o menospreciados, en el peor de ellos. Me temo que uno no escribe lo que quiere sino lo que puede.

      Muchas gracias por la consideración y el apoyo.

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